Una cesárea es el nacimiento quirúrgico de un bebé a través de una incisión en el abdomen y útero de la madre. El procedimiento es normalmente realizado por médicos cuando es considerado seguro para la madre, el bebé o ambos.
En diciembre de 2022, un video de TikTok que se hizo viral aseguró que las cesáreas eran realizadas por cientos de años en África con éxito, donde la madre y el bebé sobrevivían, mucho antes de volverse comunes en Europa.
“El bebé sobrevivió, la madre se recuperó bien y se les daban tratamientos herbales para ayudar a sanar las heridas”, explica la usuaria de TikTok.
LA PREGUNTA
¿Realizaban cesáreas exitosas parteras africanas antes de que estas se volvieran comunes en Europa?
LAS FUENTES
"Notas Sobre Trabajos de Parto en África Central" por el explorador británico Robert W. Felkin; publicado en el Edinburgh Medical Journal, 1884
"Cesáreas: La Historia y Desarrollo de la Operación Desde Tiempos Antiguos" por J.H. Young; publicado por H.K. Lewis, en Londres, 1944
"Una Mirada Bibliotecaria a las Cesáreas" por M. Pierce Rucker y Edwin M. Rucker; publicado en el Boletín de la Historia de la Medicina, 1951
"El desarrollo de la medicina científica en el Reino Africano de Bunyoro-Kitara"” por J.N.P. Davies; publicado en los Diarios de Historia Médica de Cambridge, 1959
Dra. Padmini Murthy, Profesora de políticas de salud y directora de salud global en el New York Medical College
LA RESPUESTA
Sí, las parteras africanas habían realizado cesáreas exitosas antes de que fueran comunes en Europa.
LO QUE ENCONTRAMOS
Las parteras africanas sí realizaron cesáreas con éxito antes de que fueran comunes en Europa. Durante el siglo 19, viajeros europeos documentaron el haber sido testigos de operaciones exitosas, en donde tanto la madre como el bebé sobreviven, en lugares de África, incluyendo Uganda y Rwanda, según la Biblioteca Nacional de Medicina.
Las cesáreas han sido parte de las culturas occidentales y no-occidentales desde tiempos ancestrales. Muchas referencias de este procedimiento pueden encontrarse en folklore antiguo de China, India, Egipto, Grecia, el Imperio Romano y otras culturas europeas. Pero el origen de la palabra “cesárea” y la historia inicial del procedimiento están envueltas en mitos.
La Biblioteca Nacional de Medicina explica que se cree comúnmente que la palabra se deriva del nacimiento quirúrgico de Julio César en el año 100 A.C. Sin embargo, muchos historiadores aseguran que la madre de César, Aurelia, se cree que vivió por muchos años después del nacimiento de su hijo.
“En esa época, el procedimiento se realizaba sólo cuando la madre había muerto o estaba muriendo, como un esfuerzo para salvar a una criatura para un estado con deseos de incrementar su población,” explica la Biblioteca Nacional de Medicina en su sitio web. “Las leyes romanas bajo César decretaron que todas las mujeres destinadas a la muerte al momento del nacimiento debían ser abiertas; por lo tanto, practicarles cesáreas.”
Muchas de las primeras cesáreas exitosas, donde tanto la madre como el bebé sobrevivían, fueron realizadas en cocinas y camas de zonas rurales sin acceso a personal médico o instalaciones hospitalarias. Sin un médico en el lugar, implicaba que el procedimiento podía ser llevado a cabo de forma elemental en presencia de un parto con complicaciones “cuando la madre no se encontraba cerca de la muerte y el feto en menor estado de peligro.”
“Bajo estas circunstancias, las posibilidades de que uno o ambos sobrevivieran eran mayores,” explica la Biblioteca Nacional de Medicina.
La primera cesárea exitosa registrada en el Imperio Británico fue realizada por una mujer a principios del siglo 19 en África. James Miranda Stuart Barry, que estaba disfrazado de hombre y sirviendo como médico para el ejército británico en Sudáfrica, llevó a cabo la operación en Cape Town en 1826 y asistió el nacimiento de un bebé varón saludable, según la Enciclopedia Embryo Project de la Universidad del Estado de Arizona y la Biblioteca Nacional de Medicina.
Barry aprendió a realizar cesáreas cuando asistió a la escuela de medicina en Escocia, pero sólo había presenciado dos de ellas y ambas habían sido fatales para la madre y el feto. Al principio del siglo 19, la anestesia y los antisépticos no estaban disponibles y el dolor álgido, así como los altos riesgos de infección, eran comunes en la mayoría de las cesáreas, en especial en los hospitales de la época.
“Antes de establecerse la teoría del germen de la enfermedad y el nacimiento de la bacteriología moderna en la segunda mitad del siglo 19, los cirujanos utilizaban su ropa común para operar y no se lavaban las manos con frecuencia entre un paciente y otro,” cuenta la Biblioteca Nacional de Medicina.
Transcurrido el siglo 19, viajeros en otras partes de África reportaron que habían visto cómo los indígenas realizaban cesáreas con éxito utilizando sus propias técnicas médicas particulares. Por ejemplo, en 1879, el explorador británico y misionero médico Robert W. Felkin presenció, durante su viaje por África Central, cómo curanderos ugandeses y curanderas realizaron una cesárea en donde la madre y el bebé sobrevivieron.
En un artículo publicado en el Edinburgh Medical Journal en 1884, Felkin escribió que estando en Kagura, Uganda, vio cómo un curandero del reino de Bunyoro-Kitara usaba vino de banana como un tipo de anestesia para intoxicar parcialmente a una mujer en trabajo de parto. También se dice que el curandero también limpió sus manos y el abdomen de la mujer con vino de banana y agua antes de la cirugía.
En sus anotaciones, Felkin escribió que la mujer fue sujetada a la cama con bandas de trapo, mientras que un (una) asistente sostenía sus tobillos, durante el procedimiento. Otro(a) asistente estabilizó el abdomen de la mujer, mientras que el curandero procedía a realizar una incisión rápida en la pared abdominal y parte de la pared uterina usando un cuchillo largo y curvo. Luego de realizada la incisión, el infante fue removido rápidamente y dado a otro asistente luego de haberse cortado el cordón umbilical.
De acuerdo con las notas de Felkin, el curandero sostuvo una presión firme sobre el útero hasta que éste se contrajo firmemente. También se aplicaba calor en pocas cantidades a través de una plancha caliente para minimizar el sangrado excesivo. El curandero no usó suturas ni puntos para cerrar la herida abdominal. En cambio, Felkin relata que la herida era anclada con siete picos de acero y sujetada con una cuerda hecha de trapo de corteza de árbol antes de ser cubierta por una pasta a base de diferentes raíces. Una hoja de banana, previamente calentada sobre el fuego, era luego colocada sobre la herida preparada, según Felkin, y “un vendaje firme de trapo de mbugu completaba la operación.”
Como la mujer y el bebé se recuperaron bien después de la cesárea, Felkin concluyó que la técnica de los Bunyoro-Kitara había sido bien desarrollada y practicada por mucho tiempo.
“Hasta donde sé, Uganda es el único país en África Central donde la cirugía abdominal es realizada con la esperanza de salvar tanto a la madre como al hijo,” escribió Felkin.
La Biblioteca Nacional de Medicina dice, que fuera de Uganda, también hay historias similares de cesáreas exitosas realizadas en Rwanda, “donde preparaciones botánicas eran usadas para anestesiar a la paciente y ayudar a la cicatrización de heridas.”
También existen registros de cómo los curanderos y parteras africanos trajeron sus conocimientos de cesáreas a los Estados Unidos durante el Comercio Trasatlántico de Esclavos entre los siglos 16 y 19.
De acuerdo con la Universidad de Richmond y la Embryo Project Encyclopedia, hay un registro de un médico de Virginia llamado Jesse Bennett quien realizó la primera cesárea exitosa en los EE.UU. en su esposa en 1794. Se dice que Bennett también realizó la operación con la ayuda y guía de sirvientes esclavos quienes tenían experiencia en el procedimiento.
Versión original en inglés: Yes, African midwives successfully performed C-sections before it was common in Europe