El 30 de mayo, un jurado en Nueva York encontró al expresidente Donald Trump culpable de falsificar documentos comerciales en una conspiración para influenciar ilegalmente las elecciones de 2016 a través de sobornos. Trump es ahora el primer exmandatario condenado por crímenes.
El jurado llegó al veredicto de culpabilidad en todos los 34 cargos tras cerca de 10 horas de deliberación.
Una condena criminal en muchos estados significa que esa persona no es elegible para votar. Un lector de VERIFY quiso saber si es posible no poder votar pero aún poder lanzarse a la presidencia.
LA PREGUNTA
¿Los criminales convictos pueden lanzarse para la presidencia, incluso si no pueden votar?
LAS FUENTES
LA RESPUESTA
Verdadero.
Sí, criminales convictos pueden lanzarse a presidente incluso si no pueden votar.
En algunos estados, aquellos que son condenados por ciertos delitos pierden su derecho al voto, temporal o permanentemente. Pero la Constitución es la que últimamente decide quién es elegible para un cargo federal, y no prohíbe que las personas con registros criminales puedan postularse.
LO QUE ENCONTRAMOS
La Constitución de los EE.UU. delega a los estados a que decidan quién es elegible para votar.
En todos menos dos estados – Maine y Vermont, más el Distrito de Columbia – personas encarceladas por condenas no tienen permitido votar. Algunos estados devuelven el derecho al voto apenas salgan de la prisión. Otros les exigen que completen su sentencia – incluyendo libertad condicional y el pago de cualquier multa emitida — antes de recuperar su derecho al sufragio.
Varios estados, como Florida, Virginia y Iowa, van más allá y requieren que por ciertos crímenes – usualmente los más violentos como asesinato y violación — los criminales convictos pierdan su derecho al voto para siempre. Estos territorios tienen varios procesos por los cuales estos individuos pueden aplicar para recuperar sus derechos, muy comúnmente a través de una solicitud de perdón por parte del gobernador.
En cuanto a postularse para un cargo público se refiere, muchos estados tienen leyes que establecen que sólo aquellos que son elegibles para votar pueden ser electos para un cargo estatal o local, lo cual prohíbe efectivamente que criminales deseen esos cargos hasta que cumplan los requerimientos de ese estado para recuperar su derecho al voto.
Algunos tienen leyes que especifican que personas condenadas por ciertos crímenes no son elegibles para cargos públicos, aun si de lo contrario cumplen con los criterios de elegibilidad. Por ejemplo, en California, aquellos encontrados culpables de ciertos cargos relacionados con corrupción, tiene que obtener un perdón de parte del gobernador antes de poder lanzarse a un puesto estatal o local.
Pero la única autoridad sobre quién puede postularse a un cargo federal – presidente, vicepresidente, senador o representante – está en la Constitución de los EE.UU.
La Constitución explica sólo tres requisitos para lanzarse a un cargo federal: Edad, ciudadanía y residencia.
Los representantes tienen que tener al menos 25 años, senadores al menos 30 y el presidente y vicepresidente al menos 35. Los representantes tienen que haber sido ciudadanos estadounidenses por al menos siete años, los senadores al menos nueve, y el presidente y vicepresidente deben ser nacidos en los Estados Unidos. Los representantes y senadores deben de vivir actualmente en el estado que representan; mientras que el presidente y vicepresidente deben de haber vivido en los Estados Unidos por al menos 14 años.
Los fallos de la Corte Suprema han confirmado que ni los estados o el Congreso tienen la autoridad legal de añadir requisitos adicionales. Cualquier restricción agregada sobre quién puede lanzarse a un cargo federal debe ser instituida tras una enmienda constitucional.
Esto quiere decir que incluso si no puede votar o lanzarse para un cargo federal, la mayoría de las personas condenadas por delitos permanecen elegibles para postularse a la presidencia siempre y cuando cumplan con las reglas establecidas en la Constitución.
Existen algunas otras restricciones adicionales para quién puede lanzarse a un cargo federal, las cuales se especifican en enmiendas constitucionales.
La 22da Enmienda impuso límites de períodos para el presidente, descalificando de la candidatura a quien ya haya ocupado el cargo por dos períodos.
La 14ta Enmienda establece que cualquiera que haya sostenido un cargo público bajo juramento y haya violado su respeto a la Constitución al “¨[involucrarse] en insurrección o rebelión… o haberle dado ayuda o consuelo a los enemigos [de la Constitución]” no es elegible para ningún cargo público a menos que el Congreso les otorgue amnistía con un voto de dos tercios de ambas Cámaras. La enmienda fue aprobada cerca del fin de la Guerra Civil, pero la cláusula de descalificación enfrentó un uso limitado ya que unos años después el Congreso votó para otorgar amnistía general a la mayoría de los veteranos confederados. Intentos modernos de implementación luego del ataque al Capitolio del 6 de enero han conseguido resultados mixtos.
Aquellos condenados por delitos se han lanzado a cargos federales antes. En 1920, el candidato socialista Eugene Debs famosamente ganó cerca de un millón de votos desde una celda de prisión, donde había sido enviado luego de ser condenado por sedición o alzamiento público tras criticar el involucramiento estadounidense en la I Guerra Mundial. Las campañas desde la prisión naturalmente dependen mayormente del personal del centro penitenciario, y los candidatos no reciben tratamiento especial y por ende tienen comunicación limitada con el mundo exterior.
Para leer las leyes de derecho de votación para criminales en su estado, puedes revisar la base de datos de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales aquí. El Proyecto de Restauración de Derechos ofrece mayores detalles en otros derechos para convictos en cada estado aquí.
Versión original en inglés: Yes, convicted felons can run for president even if they can’t vote