El defensivo de la NFL Damar Hamlin se encuentra en estado crítico luego de sufrir un paro cardíaco durante un juego del 2 de enero, lo cual ha generado información sin fundamento conectando su emergencia con la vacuna contra el COVID-19.
Varias personas en Twitter compartieron un gráfico que supuestamente muestra 1.616 paros cardíacos de atletas desde el comienzo de la pandemia del coronavirus, de los cuales 1.114 atletas fallecieron, luego de la vacuna del COVID-19.
El gráfico proviene de un artículo en internet que asegura enumerar a cada uno de los atletas que han sufrido paros cardíacos u otros “serios inconvenientes” después de recibir la vacuna contra el COVID-19.
“Aunque es posible que esto pueda pasarle a cualquiera que haya sido vacunado contra el COVID, los números claramente señalan la única causa obvia,” asegura el artículo.
LA PREGUNTA
¿El gráfico en internet representa las muertes de atletas a causa de la vacuna del COVID-19?
LAS FUENTES
- Análisis de las causas de muertes de atletas retirados y activos enumerados en Goodsciencing.com
- Dra. Payal Kohli, profesora asistente de medicina en el Departamento de Cardiología de la Universidad de Colorado y fundadora de Cherry Creek Heart
- Jeffrey Morris, Ph.D., director de bioestadística de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pennsylvania
- Estudio publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina en 2016
- Estudio sobre miocarditis en infección de coronavirus vs. vacuna publicado por Frontiers en agosto 2022
LA RESPUESTA
El gráfico y los datos de internet asociados son confusos. No hay evidencia que relacione los paros cardíacos en atletas y las muertes posteriores con la vacuna del COVID-19.
Algunas de las muertes incluidas en el reporte no cumplen con la propia definición de atleta por parte del sitio web, mientras que otras fueron atribuidas a factores como cáncer o golpe de calor – no por paro cardíaco o la vacuna del COVID-19.
LO QUE ENCONTRAMOS
Las personas que compartieron el gráfico en redes sociales aseguran que el gráfico muestra una comparación entre desmayos de atletas, muertes y la vacuna del COVID-19, pero existen varias razones por las cuales la información es defectuosa.
El gráfico utiliza información de una publicación en goodsciencing.com, que es manejada por autores anónimos que dicen ser “buscadores de la verdad”. Dicha publicación enumera incidentes, que según el sitio web, se trata de atletas que se han desmayado o fallecido por paro cardíaco u otras complicaciones médicas relacionadas con la vacuna del COVID-19, enlazando cada caso a artículos web.
La lista no está basada en investigación académica o datos de salud pública. En cambio, es una lista manualmente compuesta de reportes de noticias que el autor dice haber encontrado “investigando” y a través de sus lectores.
Muchos de los reportes no indican si la persona incluida en la lista recibió la vacuna contra el COVID-19. El listado ofrece enlaces a reportes de noticias acerca de las muertes, los cuales normalmente no incluyen información sobre estatus de vacunación.
Adicionalmente, la definición de “atleta” en el sitio web no incluye a un atleta profesional, universitario o escolar. En cambio, la página define a un atleta como una persona que “está razonablemente en forma, saludable y realiza alguna actividad atlética, no una persona que vive sentada en su sofá”.
Aún con esa amplia definición, muchas de las personas mencionadas no cumplen con el criterio del sitio web acerca de lo que es un atleta. Algunas de las muertes son de personas de tercera edad mayores de 80 años o personas atravesando enfermedades prolongadas.
Un ejemplo es el grandeliga Hank Aaron, que falleció por causas naturales a los 86 años en enero de 2021. A pesar de que la estrella del béisbol sí recibió la vacuna del COVID-19 semanas antes, la Oficina Forense del Condado Fulton aseguró que no hay indicación de que la vacuna haya sido un factor determinante en su muerte.
Algunas de las personas incluidas en la lista también fallecieron a causa del COVID-19 en sí, no por la vacuna. Azorean “Zo” Tatum, un jugador escolar de fútbol americano en Tennessee, que forma parte de la lista, murió a causa del virus en el hospital infantil Le Bonheur en agosto de 2021, reportó nuestra estación asociada ABC24.
Otros en la lista fallecieron de cáncer u otras causas como golpe de calor, no paro cardíaco u otros problemas médicos que podrían asociarse con la vacuna.
Algunos ejemplos:
- El corredor de los Dallas Cowboys Marion Barber III falleció a causa de un golpe de calor en 2022, no de un paro cardíaco, reportó nuestra estación asociada WFAA. Goodsciencing.com coloca la causa de su muerte como “desconocida”.
- Dwight Garner, un ex-jugador de fútbol americano de la Universidad de California, Berkeley, murió a los 58 años de cáncer de próstata, lo cual es incluido por Goodsciencing.com.
El atleta de artes marciales mixtas Anthony Johnson de 38 años murió en noviembre de 2022 luego de una enfermedad prolongada. Algunos portales de noticias atribuyeron el fallecimiento de Johnson a complicaciones por cáncer, también incluído por Goodsciencing.com.
¿Hay alguna relación entre las muertes por paros cardíacos y la vacuna del COVID-19?
El artículo y las publicaciones en redes sociales sugieren que es anormal para atletas, incluso para muchos jóvenes, sufrir de paros cardíacos o morir mientras practican deportes.
Pero no se trata de un nuevo fenómeno y viene ocurriendo mucho antes de la disponibilidad de las vacunas del COVID-19.
Un estudio de 2016 publicado por la Biblioteca Nacional de Medicina descubrió que el paro cardíaco repentino (SCD) es la causa de muerte más frecuente entre atletas. Basado en datos de ese entonces, el porcentaje de incidentes era de 1 entre 40.000 a 1 entre 80.000 atletas por año.
“Hemos tenido atletas que se han desvanecido en el campo por décadas – mucho antes de que el COVID existiese y muchísimo antes de la vacuna contra el COVID,” aclaró la Dra. Payal Kohli, cardiólogo y profesora de medicina. “El atribuir este antecedente de paros cardíacos que ha ocurrido en atletas a la vacuna contra el COVID es como conectar dos puntos que no están para nada relacionados.”
El paro cardíaco súbito o repentino, particularmente la muerte arrítmica repentina (SAD), “ocurre en una proporción considerable de la población, incluso entre niños y jóvenes,” nos explicó Jeffrey Morris, director de bioestadística de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pennsylvania.
Según estimados de la Sudden Cardiac Arrest Foundation, existen aproximadamente 1.000 casos de paros cardíacos externos diarios en los Estados Unidos.
La miocarditis o inflamación de las paredes del corazón, puede ocurrir raramente en casos después de la vacunación. En casos severos, puede llevar a una trombosis, paro cardíaco, falla cardíaca o la muerte, advierte la Fundación Cardíaca Estadounidense.
Pero los médicos expertos aseguran que el riesgo de miocarditis es mucho más alto en aquellas personas contagiadas de coronavirus que los que hayan recibido la vacuna.
Aunque han habido reportes de casos de miocarditis por infección de COVID-19 y la vacuna, un estudio publicado en agosto de 2022 encontró que el riesgo de miocarditis en personas infectadas de coronavirus era más de siete veces más alto comparado con aquellos que habían sido vacunados.
“Me preocupa mucho más la infección en sí colocándote en riesgo de algún tipo de arritmia o colapso, especialmente durante deportes competitivos, en vez de la vacuna,” recomendó Kohli.
Mientras que los atletas a veces manifiestan paros cardíacos repentinos, no hay evidencia de que la vacuna del COVID-19 aumente las posibilidades de que esto ocurra.
Versión original en inglés: Viral graph uses flawed data to falsely connect athlete deaths to the COVID-19 vaccine
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